El despertar Capitulo 7

Tras el bochorno con Laura, y tras varias excusas por su parte para no poder quedar, decidí que era mejor olvidarla, Tenía las vacaciones de octubre a la vuelta de la esquina, pero decidí hacer algunos cambios de turno con los compañeros y sacarme unos días libres extras, no tenía ningún plan pero me apetecía relajarme un poco.

Era jueves y salí a dar una vuelta en mi morena, (mi moto, para los que entendáis una Suzuki GSXR 600) la llamo mi Susi cariñosamente, es una moto deportiva muy llamativa, por su línea, no por el color ya que es de color negro entera, de ahí que sea mi morena. No pensé un rumbo en concreto simplemente me apetecía dar una vuelta, echarme unas curvas y despejarme, acabé en un bar al que vamos mis colegas y yo muy a menudo, mas bien una chupitería se llama Crece-crece, se podría considerar un antro enano, pero el que va alguna vez siempre repite, ahí conoces a muy buena gente, y te puedes agarrar una buena por dos duros. Yo no iba a beber pero tenía la esperanza de encontrarme a alguien conocido, por eso llevaba una mochila con otro casco en ella, por si encontraba a algún colega poder irme con el. Casualidades que ese día no había nadie, estaba vació, así que me quede charlando con los dueños, con los que me llevo muy bien, hasta que cerraron a las 03:00 Volví a cabalgar a mi morena, y me dirigí al hogar, cuando estaba apunto de llegar, me desvié a una zona industrial, que conozco y que no está transitada a esas horas, para poder dar algo de gas a mi Susi. Entre recta y recta, no se como acabe en una zona de marcha muy conocida, Torre Europa, paré la moto en la acera y me bajé, mientras me quitaba el casco no perdí detalle de la pedazo morena que estaba sentada delante mía, tenia claros rasgos latinos pero me chocaba que fuera tan alta y con ojos claros.
Yo estaba situado al lado de mi moto mientras esperaba a que se enfriara un poco (no es bueno apagarla de golpe si le has dado algo de caña, como yo había estado haciendo) cuando la miré fijamente me correspondió la mirada y me pregunto.

-¿qué haces?
- Esperar, ¿y tu?- la respondí mientras me quitaba los guantes
- Esperar también- fue toda su respuesta y miró para ambos lados.
Hice una mueca y la comenteé que yo esperaba a que mi moto se enfriara, pero ¿que esperaba ella?
-A unas amigas, pero como siempre llegan tarde,
- Amm bueno, pues creo que es mi obligación, darte compañía hasta que lleguen- la dije mientras apagaba el motor y me acercaba a ella.
- Umm vale, pero porque no las esperamos ahí en el tequila (señalo a un bar que estaba muy cerca) es que hace algo de frío.

Viendo lo que llevaba de ropa lo entendí, no hacía mucho frío pero si estas parada mucho tiempo te puede entrar fresquito. Más, si vas vestida como ella, que llevaba un traje negro y gris, que por abajo empezaba justo debajo de su culo y por arriba acaba nada mas cubrir sus enormes pechos, de hecho más adelante me fijé que tenía que estar subiéndose constantemente el traje para que no se le vieran las dos montañas. Estaba imponente, ahora me fijé en sus ojos que eran verdes, aunque se notaba que eran lentillas, pero le quedaban genial, con su pelo moreno, cualquier tío que la mirara diría, ¡dios que pibón!, y cualquier tía diría lo mismo pero acabado en putón. Pero todos sabemos que la mayoría de las que dicen eso, es por pura envidia, de no poder ponerse ese traje sin parecer una morcilla prensada.

Obviamente se que no se fijó en mi por lo guapo que soy. Aunque tampoco soy un orco. Supongo que la moto le atraía, y a mi me atraían sus curvas, así que era la simbiosis perfecta. Si así de simples somos todos, aunque no lo reconozcamos, si una tía nos quiere follar por lo que tenemos, pues nada, al lío. En cambio si un tío se quiere tirar a una piba por lo que tiene generalmente dos par de buenas razones, embutidas en un wonderbra. Y ella se da cuenta, lo mas seguro es que te mande a paseo, a no ser que “tengas” algo que la atraiga, que complicado es todo.

El caso es que entramos en el "Tequila", yo había dejado un casco en la moto, y la mochila pedí que me la guardaran en la barra, estuvimos charlando un poco, me dijo que se llamaba Claudia y yo me presenté, me dijo que tenía una moto muy bonita (ya sabía yo que no se había fijado en mi por mis ojos) le di las garcías y me empezó a preguntar cosas de mi, así averigüe que ella era modelo de revista, generalmente de ropa interior, que las amigas a las que esperaba eran compañeras suyas. Nos tomamos algo, ella una whisky con hielo solo, y yo tan solo una cerveza (cuando salgo con vehículo no bebo, más que una copa y si es con la moto tan solo una o dos cervezas) al poco rato se acercaron dos chicas también bastante altas, aunque llevaban unos tacones impresionantes, una era rubia y la otra morena, no me acuerdo de sus nombres pero eran también latinas, aunque no del mismo país que Claudia, ella es Venezolana. Así que estuvimos los tres muy animados, hasta que fui testigo del acto más ruin y cruel que pueden llegar a hacer dos mujeres así de guapas. De repente y sin previo aviso se empezaron a besar entre ellas, al parecer eran lesbianas y pareja, bueno eso me dio pie a preguntarle a Claudia si también lo era, a lo que me contesto:

-¿Tu que crees?
-Pues quiero creer que no, pero si lo eres mejor no me lo digas, prefiero vivir en la mentira,
Ella soltó una carcajada y me dijo mira, contempla la simpleza de tu género.

En ese momento ambas bellezas, se dirigían a la barra que estaba a escasos metros de nosotros, se detuvieron delante de tres chicos, nada del otro mundo, tíos normales, que había salido a divertirse, vamos del montón.
Justo delante de ellos empezaron a besarse, como si estuvieran solas, les daba igual que los miraran, incluso se acariciaban el culo, nada descarado ni provocador, como podría hacer cualquier pareja de novios en un garito, solo que ellas, eran dos pedazo de bellezas, bastante altas y con trajes que marcaban todas sus curvas, el caso es que a los poco segundos los tres chicos estaban con la boca abierta, literalmente, contemplando aquel momento de pasión lesbiana. Claudia se rió por lo bajo, yo la miré y la pregunté ¿que pasaba? Ella se limitó a contestar, ya han pescado. No lo entendí pero me limité a seguir observando a las chicas.

Pocos segundos después una de ellas mientras se besaba, hizo contacto visual con uno de los chicos, pude apreciarlo por que le guiño un ojo, mientras seguía comiéndole la boca con su acompañante. Fue muy fugaz, pero el chico se había percatado, (no les quitaba el ojo de encima) ahora detuvieron el beso de tornillo y se daban pequeños piquitos, de vez en cuando les lanzaban miradas picantes al chico, aunque ahora eran las dos, y lo hacían abiertamente, sin tapujos y sin ocultarse. Supongo que en aquel momento ese chico estaba dando las gracias a Dios, Alá, ó quien fuera, según su religión, por que seguro, que si le dabas a elegir entre que le toque la lotería o poder cumplir la fantasía sexual de mas del 70% de los hombres del mundo que es hacer un trío y mas con estas dos pedazo de mujeres, en ese momento escogería el trío. Supongo que se estaría haciendo ilusiones, como nos las hubiéramos hecho cualquiera en esa situación. Sus colegas, le animaban a que se acercara con el típico golpecito con el codo, el no se atrevía a dar el paso, supongo que por el estado de shock. Una de ellas le hizo un gesto con la cabeza, como invitándole a que se acercara. Momento que aprovechó Claudia para decirme, veis que simples sois. Ni siquiera me giré a mirarla, absorto como estaba en contemplar como se resolvían los hechos.

Al final se acerco el tío, tampoco se hizo mucho de rogar que digamos, obviamente no oí lo que decían pero ellas estaban cada una a un lado, parecían muy mimosas con el, no le metieron mano en ningún momento, ni hicieron nada que se pudiera mal interpretar, simplemente, le agarraban del brazo, o le acercaban mucho el pecho cuando se acercaba a su oreja para hablarle (por el sonido de la música). A los cinco minutos estaba los tres en la barra pidiendo algo, el camarero les atendió en cuestión de segundos, (como me jode que atiendan primero a las que están buenas) y tras servirles el chico saco la cartera y pagó, no pasaron ni treinta segundos y ya estaban de vuelta con nosotros, se venían riendo, ahí empecé a temerme lo peor.

-no me digáis ¿que os habéis aprovechado del pobre chaval?
-Jajajaja- rió a pierna suelta una mientras la otra añadía
- ha sido él, el que se a empeñado en invitarnos

Ahí me confesaron que solían “jugar” así con los tíos pero que las reglas eran que nunca podían pedir que las invitaran tenía que salir de la propia voluntad de la victima, aunque también me confesaron que nunca habían tardado mas de cinco minutos.

Eso me jodió y no por el tío, ese me la traía al fresco, sino, porque me hacía ver lo simples que somos, porque fijo que en la situación del tío yo hubiera reaccionado igual, Si, y tu también así que no lo niegues. Nos hacía parecer simples animales, que estamos en celo y que somos más predecibles que la gravedad.

Claudia, me dijo que sus amigas se habían “animado” y que se iban a casa, que si me apetecía ir con ella a bailar a un garito que conoce y que le encanta,

-¿Cuál?
-Al living, que esta por avenida de Brasil
-OK, pero como vamos, ¿en taxi?
- ¿Eso que llevas en la mochila es otro casco?
-Si
- Pues entonces en tu moto…-dijo como dando a entender que mi pregunta parecía tonta
-ya, a ver lo decía porque a lo mejor pasas frió con esa ropa.
-no te preocupes a mi las motos me excitan y eso me calienta…-concluyo mientras recogía su mini bolso y se dirigía hacía la puerta

Nos montamos, y según pude observar por el retrovisor en la cara de todos los tíos que pasaban por detrás nuestro, al subirse en la moto y llevar un traje tan pequeño, a Claudia se le debía de ver el culo, porque todos se quedaban con la mandíbula desencajada, eso me llenó de orgullo por un lado, al pensar, mira que pedazo de tía llevo detrás, pero por otro lado yo era el único pringado que no se lo veía. Puse marcha hacia el local, me dispuse a aparcar pero me dijo que siguiera hasta la puerta, la obedecí, pasando en paralelo a la gente que esperaba al cola por la acera, me situé delante de los porteros, y en cuanto ella se bajó y se quito el casco, les saludaron muy efusivos, se notaba que les conocía, me disponía a ponerle el cepo a la moto y demás seguros, cuando una de esas masas de músculo gigante, se me acercó y me dijo que no me preocupara que ellos la vigilaban. (Pensé que no podía estar mejor vigilada mi Susi, que por cuatro porteros de esos que pegan primero, pegan después, y luego hacen preguntas). Me iba a dirigir a la cola, cuando le dijeron a Claudia, anda guapa pasa y nos abrieron la puerta.

Una vez dentro, la invité a otro whisky, y si, por un momento se me pasó la imagen del pardillo del otro garito. Así que esperé que yo no fuera otro igual. Guardé los cascos en la barra, solo que esta vez fue Claudia la que se los entregó al camarero, al cual también conocía, mas tarde me entere, que había trabajado de relaciones en ese sitio.

Empezamos a bailar, al principio no me entendía muy bien con ella, porque mas que bailar, se limitaba a frotar contra mi cuerpo, hubo un momento en que colocaron algo de R&B y ahí aproveche para “lucirme” un poco. Eso debió de picarla, en plan buen rollo y en los siguientes temas, se puso más provocativa si eso era posible, pegaba su trasero a mi entrepierna y descendía todo el cuerpo sin doblar las piernas, dejando el culo en pompa, mientras ella apoyaba las manos en el suelo, luego se levantaba de golpe y echaba la cabeza rápidamente hacía atrás, haciendo que su larga melena me diera en la cara. Repitió ese movimiento varias veces, también pasaba su mano por mi cuello y se ponía a dar vueltas alrededor mía mientras su mano descendía a cada giro, por mis hombros, mi pecho, abdominales, culo, pero al llegar a la ingle la retiraba.

Hubo un momento que pensé que en el garito solo había tíos, ya que mirara donde mirara solo veía hombres, pero me estiré un poco y pude comprobar, que todos los buitres del local estaban en circulo alrededor nuestro. Teníamos un círculo enorme para bailar, y los tíos de alrededor se limitaban a contemplarnos mientras bailábamos, bueno más bien a Claudia. De repente sucedió algo que me molestó mucho, uno de esos buitres se acercó bailando solo, por detrás mío, y cuando Claudia estaba cerca la miraba directamente a la cara, y le hacía señas para que bailara con el, ella pasó de él como de la mierda, pero el tío no desistió, cuando ella se puso detrás de mi, y me sobaba sin disimulo el pecho, me giró la cara como para que la mirara y pude ver al capullo ese, arrimándose demasiado al culo de Claudia. A ver, ella no es mi chica, y si hubiera querido algo con ese tío no podría haberle recriminado nada, pero me sentí ultrajado, como podía tener el descaro de acercarse así, ¿y si de verdad fuera mi chica?, ya se que puede sonar a machito celoso defendiendo a su tía, pero me estaban entrando ganas de partirle la cara, pensé en besar a Claudia y así dejarle las cosas claras el pavo, pero no me atrevía a hacerlo por temor a espantarla, estaba claro que la chica no tenía vergüenza y que cuando quisiera besarme, si es lo que quería lo haría. No se si me leyó el pensamiento o simplemente pensó lo mismo que yo, pero el caso es que acto seguido me besó, la correspondí el beso y seguimos bailando, pero el buitre seguía en sus trece, lo que de verdad me sorprendía era que no iba borracho, así que, el pavo de verdad pensaba que podía conseguí levantar a una tía a su pareja delante de este…en ese momento se nos acercó un portero, de esos que están dando vueltas por dentro del garito para que no se líe ninguna gorda, Claudia le saludó y me lo presentó. Me pregunto si yo era el dueño de la moto, le dije que si, me dijo que un compañero (otro portero) le había dicho que mi casco estaba muy guapo, al parecer el también era motero. Me pregunto si se lo podía enseñar.

-Claro cógelo está en la barra dentro de una mochila- cuando le dije esto, lo que hice fue levantar mi mano por encima del hombro, apuntando hacia atrás con el pulgar, dado que la barra estaba a mi espalda. Me dió las gracias y con una palmada en la espalda se fue para allá.

En ese momento el buitre se escabulló entre la masa de gente, tardé en caer en la cuenta, pero seguramente había pensado, que me estaba quejando de él, al "puertas" y supongo que después de ver que le daba dos besos Claudia y a mi me daba la mano, pensó que era mejor poner pies en polvorosa.

Tras haber calentado un poco el ambiente en el garito, Claudia me propuso si la podía acercar a su casa, tras mi respuesta afirmativa nos fuimos hacia la salida. Nos despedimos de los porteros, ahí tuve tiempo de intercambiar unas palabras con el que era motero, de gustos, cilindradas y cosas por el estilo que hablamos los moteros entre nosotros. Y todos esperaron ansiosos a que Claudia se subiera en la moto para poder mirarle el culo, pero les dejó a todos en ascuas al pedirme que la recogiera en la otra acera, y se giró, les miró y dijo: así estos salidos no me ven el culo-. Y todos se rieron y dijeron cosas del estilo: anda...Pero si te lo va a ver medio Madrid-. Yo les hice un gesto con la cabeza y me dispuse a arrancar pero me puntualizaron, cuidado con esta que es una fiera…

Tras subirse Claudia puse rumbo al paseo de la Castellana, ella iba agarrada muy fuerte a mí, a los conductores de los coches de al lado se les salían los ojos de las órbitas, al ver el culo casi al completo al aire de Claudia, ellos no sabía si yo les miraba, dado que la visera de mi casco es de espejo, es decir, que no se te ven lo ojos y te ves reflejado en ella. Yo ya me divertía con aquella situación, supongo que lo más característico del trayecto fue, que cuando enfilé la Castellana, ella introdujo su mano dentro de mi pantalón y empezó a sobarme, me acordé de que no era la primera chica que me hacia eso en una moto…os acordáis de Melany, debe ser que os da morbo hacer eso, no lo sé. El caso es que cuanto más me acariciaba mas aceleraba yo y cuanto más aceleraba mas se excitaba ella, por lo que mas fuerte y rápido me acariciaba, Sí, justo lo que pensáis, íbamos a toda hostia por la Castellana. Aunque no me salte ningún semáforo (por si lo lee algún policía, y porque es la verdad) a esas horas los semáforos principales, es decir, los que cortan la Castellana duran mucho más tiempo en verde, que a otras horas del día, cuando hay más trafico. Así que recuerdo que prácticamente la bajé de tirón, lo que me hizo percatarme de la velocidad a la que iba, fue ver como la estatua de la plaza de la Cibeles se acercaba a mí a marchas forzadas, así que con la poca sangre que me llegaba al cerebro, me impuse a mi mismo la orden de ir frenando. Claudia vivía en el centro de Madrid en un loft, muy bonito, aunque para llegar a el, antes tenía que callejear un poco, en un semáforo en el que me detuve, se encontraba a mi izquierda un mercedes azul, la copiloto era una chica que distraída miraba por la ventana, y en contra de lo que penséis, Claudia no había dejado de acariciarme ni un segundo, de hecho lo hacia con todo el descaro del mundo, se veía como su mano estaba dentro de mis pantalones y un bulto que subía y bajaba sin parar, yo miraba a través de mi visera de espejo a la chica, que en un momento dado giró la cabeza y nos vió, pero siguió como si nada, al instante volvió a girarla muy deprisa con cara de asombro y de no creerse lo que acaba de ver, acto seguido se giró y habló con su acompañante, que resultó ser también una chica, esta segunda chica, la conductora, tenía que agacharse para poder verme bien, dado que el mercedes era muy bajo de techo. Yo empecé a decirle a Claudia que parara, que las de al lado nos estaban mirando. Pero solo me contesto y ¿a mi que? Las dos chicas se empezaron a reír, yo me subí la visera he hice contacto visual con ellas, a lo que la copiloto se dio una palmadita en la cara y con una sonrisa me hizo un movimiento con su puño, como el que seguro pensaba (y así era) me estaba haciendo Claudia en mi entrepierna. Me limité solo a mirarla con cara de no tener la culpa y encogerme de hombros. Las dos se empezaron a descojonar de la risa, el semáforo se puso en verde y aceleré bajo el sonido del claxon del mercedes que lo hacía sonar a modo de despedida.

Si te están haciendo “eso” mientras conduces en una autopista, a una velocidad constante, sin moverte de tu carril, hombre, pues es peligroso, pero lo puedes llevar e incluso disfrutar, pero si te lo están haciendo, mientras vas callejeando entre las calles de Madrid, esquivando taxis, y borrachos peatones qué se adentran sin pensárselo en el asfalto, es una puta locura. Pero bueno parecía que Claudia no iba a darme cuartel, y yo me concentraba para no matarnos, mientras iba rumbo a su hogar, suerte que al menos la calle me sonaba y no tenía que ir siguiendo sus indicaciones. Pero lo que todos nos temíamos pasó, sí, eso mismo pasó, ya se que dije que iba a ser francos con vosotros y que no iba a tener secretos ni nada por el estilo, pero confiar en mi, ahí cosas que es mejor que no sepáis, y saber como acabo mi ropa interior y mi pantalón o incluso mi moto después de recibir tanto tiempo las caricias de Claudia es una de ellas.

Aparcamos, subimos a su piso, y subimos las escaleras, directos al dormitorio, aún no me creía que estuviera en la casa de una modelo, son esas cosas que nunca crees que te puedan pasar, y no sabes como vas a reaccionar hasta que te pasan. Un fugaz pensamiento me recorrió la mente, Laura, me temí lo peor, si me volvía a pasar lo mismo ó no pasar, me moría de la vergüenza. Así que opté por despejar mi mente de todo lo que no fuera ese pedazo de morena, con su talla 90 (operada, pero muy bien operada) con esas curvas que daban vértigo, y con ese bronceado en toda la piel que me pedía a gritos ser lamido centímetro a centímetro.

En cuanto alcanzamos la cama, me detuvo de pie, me desnudo y se arrodilló ante mi, ella solita se subió la parte de abajo del vestido y se bajo la parte del pecho y prácticamente se arrancó el tanga. Tal cual estaba empezó a practicarme sexo oral, y me vi en la gloria, en cuanto me animó, me empujó en la cama y se subió encima de mi a cabalgarme (no se de donde saco un preservativo, pero en cuanto me empezó a cabalgar ya lo tenia puesto). Ella disfrutaba como si yo no estuviera ahí, como si tan solo me considerase parte del mobiliario, si quería hacer una cosa simplemente lo hacía, ella misma me agarró mis manos y se las llevo al pecho, muy obediente por mi parte no rechisté, apoyaba sus manos muy fuerte contra mi pecho mientras hacía círculos con sus caderas, consiguiendo darme un placer increíble. Ella tampoco lo pasaba nada mal, dado la intensidad de las marcas que me hacia con sus uñas al apretar sus dedos en mi pecho. Le gustaba mandar eso estaba clarísimo, y yo no tenía ninguna pega al respecto, Si una tía te quiere follar, tu te dejas es así de simple. Por sus gritos, Si gritos, no me las estoy marcando. Debía estar próxima al orgasmo, y sin esperármelo se levantó de golpe, se puso a cuatro patas y simplemente me sonrió, tampoco tenía que explicarse mucho que digamos, me situé justo detrás de ella, y admiré durante unos segundos aquel culo hecho para del pecado, fueron apenas unos segundos, pero bastó para que me dijera: ¿Te importa seguir?- con un tono mezcla de sarcasmo y humor. Salí de mi trance y no le di cuartel, en ese momento me entró la inspiración, no sé, supongo que otra vez las películas porno tenían la culpa. Tampoco soy un friky de las pelis X pero las he visto, como todo el mundo. Pero me entraron unas ganas locas de azotarla el culo, así que, un poco tímido por mi parte, le di un cachete pequeñito, a lo que ella simplemente gimió, así que le di otro azote también tímido, y Claudia giro su cara y me dijo: Más fuerte. Así que, me deje llevar por el morbo del momento y continué con el mismo ritmo frenético de embestidas, pero dándole ahora unos azotes bien fuertes, de hecho las nalgas se le estaban quedando rojas, y juraría que mi mano se quedo como tatuada un rato .No recuerdo cuantas veces lo hicimos, creo que tres en total, a lo largo de la noche. Pero lo que si recuerdo claramente, es que todos fueron igual o más salvajes, por su parte, me mordió, me arañó, parecía una bestia., pero para ser sincero me encantó. A eso de las 08:00 de la mañana opté por irme a mi casa, me di una ducha en su piso, intercambiamos los móviles, recogí mis cascos de moto y puse rumbo a la sierra. No había dormido nada, pero estaba muy despierto y feliz, y no solo por el sexo, sino porque era una prueba, de que ya pasaba de Ziannia, así que me apetecía celebrarlo echándome unas curvas en la sierra.

Eres abiert@ en materia sexual