La vergüenza Capitulo 6

Bueno habíamos dejado una asignatura pendiente ¿no? Y nunca mejor dicho, si, tenemos que hablar de Laura mi profesora de baile. Es esa chica que conocí bailando, cuando salí de fiesta con Vane. Os comentare algo de esa noche.

Tras la marcha de Vane me dirigí a la Joy Eslava que es donde se había encaminado Laura con sus amigas. La verdad es que cuando me fijé en su grupo, la que más me llamó la atención, fue una amiga suya (estaba más buena) pero cuando vi bailar a Laura, decidí que tenía que bailar con ella fuera como fuera. Aclaremos que yo no me considero capacitado para ir a Fama, ni nada por el estilo, pero no tengo vergüenza a tirarme a la pista y mover las caderas, si a la gente le gusta como bailo que miren y si no, que miren también… esa es mi filosofía. Además, dejarme que os diga, que hoy en día es facilísimo ligar bailando, en España solo bailan dos tipos de hombres, los Gay, que a mi parecer bailan genial la gran mayoría de ellos y los latinos, pero ellos no cuentan, lo llevan en la sangre, juegan con ventaja. No se cuantas veces habré visto a una pareja de novios, él apoyado en la columna, para que esta no se venga abajo, con un cubata en la mano y su novia meneándose intentando hacerle salir a la pista. Más de una vez me acercado a parejas así y le he preguntado al chico.

-¿Es tu novia?- y cuando me responde si, me giro y le pregunto a ella
-¿bailas?- y a día de hoy aún ninguna me a dicho que no. Y tampoco me a partido aún la cara ninguno de los novios, -todo se andará-

Mirar a mi nunca me a entrado una tía así por las buenas, pero ¿bailes? Me han pedido a montones. Además muy borde tiene que ser, para negarte un baile, si se lo pides con educación. Pienso que las tías no se fijan tanto en el físico como nosotros, aunque claro está que se fijan, pero si conocen a un tío que se siente seguro de si mismo, que no es un modelo, pero que la sabe hacer reír y además se defiende en la pista (ó al menos lo intenta para hacer que ella lo pase bien) tiene la carrera casi ganada. Tal vez me equivoque porque todos sabemos que las tías son muy difíciles de entender, pero creerme que yo no soy nada del otro mundo, pero cuando me lo propongo casi siempre ligo.

El caso es que en la pista me entendí muy bien con ella, nos animamos a subir a la tarima que tenían y lo dimos todo. Recuerdo que hacía muchísimo que no bailaba tanto, entre otros motivos porque al igual que os digo que me defiendo en algunas cosas, en los bailes latinos tengo dos pies izquierdos, y esos son los únicos que le gustaban a la colombiana de mi ex. Así que nunca bailábamos, además, a ella tampoco la gustaba que yo fuera el centro de atención y cuando meneo las caderas eso es difícil de evitar.

Tras más de dos horas haciendo que saliera humo de la pista, decidimos sentarnos y tomarnos algo. (Menos mal que lo ofreció ella, mi ego masculino nunca podría reconocer que no aguantaba su ritmo y ya no sentía las piernas) No recuerdo exactamente como fue la conversación, puede que el alcohol tenga algo que ver, pero si recuerdo el tono, la picaresca y el doble sentido que le imprimía a cada palabra que yo soltaba. Aunque eso es muy normal en mi cuando ligo, bueno, en mi y en todos. Porque, aquí si que tengo una duda, ¿porque extraña razón ó mandamiento divino tenemos que ser los tíos los que nos acerquemos a las mujeres a ligar? Eso según mi opinión es excesivamente feminista, claro esta, que seguro que hay alguna tía que si le mola un pibe ni se lo piensa y ataca, si conocéis a alguna darle mi número de móvil. Eso nos obliga a que tengamos que ser ingeniosos, diferentes y espontáneos, porque en esto si que no hay duda posible, ninguna tía presta atención a un “cazador”, que se le acerque y le suelte: ¿estudias o trabajas? Hoy en día para ligar se necesitan tantas cosas, que ya le da hasta pereza a uno, salir en busca de “ganado”, tienes que ir arreglado, si vas hecho un pintas ni te miran, aunque tampoco tienes que parecer “Tony Manero” en Fiebre del Sábado Noche, tienes que ser lo suficientemente lanzado para acercarte a tu “presa” y no pasar vergüenza, así que los tímidos se comen los mocos. También has de demostrar seguridad y confianza, hacerla ver que eres majo sin ser un pesado, divertido sin parecer un payaso, ingenioso y diferente sin que la chica te mire con cara de no entender una mierda. Todo eso y mas… mucho mas, hace que ligar sea verdaderamente un arte, y muy agotador. A algunos nos sale de forma natural, otros aunque no lo reconozcan van con frases preparadas. Algunas amigas me han contado las frases más raras que les han soltado para ligar y puff, chicos, currároslo un poquito más.

Así que hace mucho que decidí que pasaba de salir a ligar, salgo a divertirme, generalmente a bailar, si se da el caso que encuentro a una joven “gacela” a la que puedo hincar el diente, pues lo intento. Además opino que es más fácil “cazar” si tienes a la “presa” distraída, si te acercas así de sopetón ó eres muy bueno ó estas de toma pan y moja. Así que yo la distraigo bailando, que siempre da pié a una conversación y ahí entra mi fuerte, que cada cual se busque el suyo.

Pues tras los comentarios picantes y las frases sugerentes, cayó en mis redes o yo en las suyas, ya que a veces nuestro ego nos hace creer que somos nosotros los que ligamos, pero no somos conscientes de la de veces que el cazador fue cazado. Nos liamos y pasamos el resto de la noche en los sofás bebiendo, la propuse si quería venirse a mi piso, pero me dijo que no podía, que ella era la que llevaba el coche y tenía que llevar a sus amigas.

Aclararé lo del piso, os comenté que tenía un piso propio pero estaba alquilado, bien no me refería a ese cuando la ofrecí venirse conmigo, me refería al de mi hermano mayor, dado que el ahora ha vuelto al redil (casa de nuestros padres) por 9 meses por culpa de un accidente con la moto y aquí lo siento si me explayo, pero me cago en todos los gilipollas que andan sueltos por ahí con carné y sin tener ni puta idea de conducir. (La gran mayoría niñatos y niñatas) Los motoristas no estamos solo, para daros envidia cuando os adelantamos en un atasco, ni para comprobar si vuestro airbag funciona bien. Ser conscientes que un “besito” a un motorista (vale que a veces nos pasamos de listos haciendo zig-zag) puede significar la muerte de una persona, o en el caso de mi hermano la ruptura del fémur por tres sitios, dislocado un hombro, y esguince en un tobillo.

Por eso tenía que estar en silla de ruedas durante cerca de seis meses, más la rehabilitación, así que se vino a casa de mis padres, porque el no podía hacer vida, vamos que ahora yo trabajaba de celador a tiempo completo, diez horas por la noche en el hospital y el resto del día en mi casa con mi hermano. Pero bueno hay que mirar el lado positivo a cada situación, ahora tenía un piso solito para mí, para poder usar de picadero cuando quisiera. Sí, lo se, a veces parece que no tengo alma.

Bueno pues quedamos en vernos otro día, y me dirigí a mi casa, nada mas llegar me fije, que ya me había mandado un mensaje al móvil, para quedar dentro de dos días. Acepté y me fui a contar ovejitas, contento de que al parecer después de la ruptura con mi novia, y el dolor que había sufrido, parecía como si la vida siguiera, no esperaba poder recuperar el “instinto de caza” tan rápido, pero no solo era eso, sino que veía que podía estar si ella, salir y pasármelo bien, bailar, reír, en una palabra disfrutar. Aunque había salido de fiesta con Vane y al principio había pensado en que la conocía gracias a mi ex durante el resto de la noche no pensé en ella, había dejado de importarme y solo vivía el momento.

A los dos días nos vimos en un centro comercial y comimos en el Vips, fue una comida muy amena, pudimos charlar mas tranquilamente, que en la discoteca con los bafles a todo trapo, me profundizó en el tema de sus vocación como profesora de baile y que también era contable, ya que sino, no le llegaba para las facturas. Pero me gustaría hace hincapié en un aspecto que siempre me ha chocado. ¿Cómo se debe saludar a una tía o tío con el que te has liado, la noche anterior ó hace varios días? ¿Por qué nadie publica un manual para esas cosas? Me ha pasado de todo, desde de ir a darle dos besos y la tía comerme la boca, hasta todo lo contrario, cada uno tiene su propio criterio, pero opino que se debería generalizar uno, algo así como los husos horarios o las medidas internaciones.

Bueno, pasamos un día genial, charlando y paseando por un parque, ella pudo comprobar que tenía algo en la cabeza, me dijo incluso que parecía muy maduro para mi edad. Recordad que ella tiene cinco años más que yo. Y me pregunto sobre mis aspiraciones en la vida, vamos una conversación que no se tiene con una chica de 18 que solo habla de ropa, fiestas y juergas (no me crucifiquéis aún, estoy generalizando, como todo, hay excepciones) estaba tan a gusto charlando con ella, que no me planteé llevarla al huerto, simplemente disfruté de su compañía, tal vez fue eso lo que me facilitó el poder llevarla luego, el que notara que no quería simplemente un polvo y a otra cosa. Que si, que aunque no lo creáis las tías lo notan. Nos despedimos y muy sinceramente por parte de ambos, dijimos que lo habíamos pasado genial y que había que repetir.

Para la siguiente cita, la propuse ver una película en mi casa, que es lo mismo que decirla: ¿te apetece pasar otra vez la tarde conmigo, pero esta vez teniendo sexo?- Pero de una manera mas sutil. Ella aceptó y la llevé al piso de mi hermano, en un principio había pensado decirla que era el mío, y así tirarme el pisto de que ya vivía independizado y tal. Pero me cayó tan bien que le dije todo, que el mío lo tenia alquilado, (la hipoteca se paga casi con el alquiler) que vivía con mis padres y que esta casa era de mi hermano. Me pregunto que si traía a todos sus ligues aquí, la dije que no entre risas (aunque si que pretendía hacerlo)

Tras empezar a ver la película, Hitch (muy buena por cierto, enseña muchos truquillos para ligar, que yo al menos he usado) empecé a besarla, y a acariciarnos. Ella me dijo que fuéramos al dormitorio, se notaba quien controlaba la situación y no era yo.

No digo que no me guste que lleven la inactiva, de hecho casi lo prefiero, es más fácil. Pero me resultaba raro o tal vez incomodo, dado que solo había estado con mi ex.
Fue todo una mezcla entre romántico y natural, no se, tal vez yo lo veía así. Pero lo que si esta claro es que no era el salvajismo que se tiene cuando te estas acostando con una tía, que tan solo has conocido hace unas horas, del estilo sexo puro y duro.

Me desnudó poco a poco, hasta dejarme solo en ropa interior, ella misma se quito la camiseta, y se tumbo encima de mi, me comió a besos y a caricias, no digo que hubiera amor en el ambiente pero si complicidad mucha complicidad.

La abrace y la di la vuelta, en ese mismo movimiento le desabroche el sujetador, Ya os dije que era bueno. Se lo retiré con dulzura y me apoderé de sus pechos, los acaricié y pellizqué, los lamí y los mordí, cuando jugaba con uno de sus pezones con mis labios fui bajando las manos por sus bien definidas caderas, hasta alcanzar su pantalón vaquero. Me costo trabajo desabrocharle todos los botones, ya que solo usaba una mano, la otra acariciaba el pecho contrario al que saboreaba mi lengua para que no se sintiera marginado. Me arrodillé en la cama y le saqué los pantalones, dejando ante mi la visión de las mejores piernas que había visto en mi vida, definidas, musculosas sin parecer culturista, y ese tanga azul cielo, que parecía que lo hubieran diseñado para ella. Por delante se le encajaba en las ingles perfectamente, tapaba lo justo, ni un centímetro más ni uno menos y eso justo es lo que yo me moría de ganas por ver.
Agarré las gomas del tanga y sin aviso previo se las fui bajando muy pero que muy despacio, hice varias pausas para poder contemplar su “templo del amor” lo deslice por sus suaves piernas hasta tirarlo al suelo.

Seguía de rodillas pero ahora la miraba a ella fijamente a los ojos, no me apartaba la mirada, veía en ella reflejada la lujuria. Empecé a subir con mis manos desde los tobillos, por la cara interna de las piernas, a mi paso se le iba poniendo la piel de gallina, hacía una ligera presión para que las fuera separando, pero muy despacio y muy suave, cuando alcance sus muslos, me deleité un rato a acariciarlos y a amasarlos, ella se dejaba hacer y separaba aun mas sus piernas, llegó hasta mi el olor a mujer, ese olor inconfundible que me indicaba que lo deseaba tanto o más que yo. Sustituí mis manos por mis labios y comencé a darle tiernos besos, y algún mordisquito, alternaba de una pierna a la otra, cada vez que ascendía un poco mas, mis besos eran más duraderos. Deje de mirarla a los ojos para centrar mi vista en su monte de Venus, el olor me embriagaba, me atraía, cuando alcancé sus ingles ella suspiraba con fuerza, le di los dos últimos besos en las ingles y pase a usar la lengua, rodeé toda su intimidad sin invadirla en ningún momento, recorrí el exterior de sus labios, haciéndola sufrir y dándole placer al mismo tiempo. Sus manos se posaron en sus pechos y empezó a acariciárselos, velozmente se las agarre y las aparte, quería que disfrutara al máximo, mi lengua daba pequeños lametazos a sus labios vaginales, como si fuera tímida, como probando que era aquello, pero cada lametazo hacía que entrara un poco mas en su cueva, hasta que si previo aviso me lancé a devorar su punto mas erógeno, estaba hinchado por la excitación y esperando a ser saboreado, en cuanto noto el contacto de mi húmeda lengua lanzo un suspiro enorme, fue como si se quitara un peso de encima, empezó a gemir y ha hacer fuerza con los brazos para intentar alcanzar sus pechos, le solté las manos y use las mías propias para apoderarme de sus pezones. Se revolvía en la cama no sabía donde poner las manos hasta que optó por posarlas en mi cabeza para no dejarme escapar, aunque yo no tenía ninguna intención de irme de ahí, estaba disfrutando del suculento manjar que tenía ante mi y no pensaba quedarme con hambre.

Mi lengua empezó a practicar una danza, que era acompañada por el coro de gemidos que producía en Laura. No solo subía y baja a velocidades de vértigo, le besaba el clítoris y se lo estiraba, la recorría todo su interior como queriendo saborear cada rincón.
Opino que es imposible dar placer y más en este caso, si no disfrutas tú mismo haciéndolo. El saber que te gusta lo que estas haciendo y que disfrutas se trasmite a la persona que lo recibe. Yo disfruto practicando el sexo oral, me gusta ver como mi acompañante recibe placer, obviamente también me gusta recibirlo. Pero se nota cuando la persona lo hace por compromiso o por hacer y cuando de verdad le gusta y pone ganas al asunto.

No se exactamente cuanto tiempo permanecí sumergido entre las piernas y los fluidos de Laura, lo único que tenía como referencia al paso del tiempo eran sus gemidos, (adoro si la chica no se cohíbe y gime abiertamente, siempre y cuando no sean fingidos) a veces cortitos y rápidos como un sollozo y a veces largos y fuertes como un aullido. Llego al clímax dos veces seguidas, porque cuando me dijo que parara para recibir mi recompensa no la di cuartel y continué con mi labor, ella intento que parara pero a los pocos segundos se dejo llevar de nuevo por el placer y se dispuso a gozar. (He de admitir que podría estar toda una noche practicando sexo oral, sin esperar ni recibir nada a cambio)
Tras quedar casi exhausta, me pidió un poco de tiempo para recobrar fuerzas, me tumbé a su lado y la dejé descansar mientras acariciaba su piel, mis dedos le hacían mimos, desde el vientre hasta el canalillo, no se movió ni un centímetro, su respiración iba recuperando un ritmo normal, cuando dejé de notar sus latidos de corazón volteó la cara y me miro fijamente a los ojos, pude apreciar en su mirada una completa cara de sincera felicidad, estaba satisfecha, pero aun se intuía ese brillo que indicaba que quería más. Se abalanzó sobre mí y me empezó a besar, eran besos salvajes, como queriendo comerme, me acariciaba el pecho y me mordía la oreja, se había trasformado en toda una salvaje. Se subió encima de mí y empezó a mover sus caderas en forma de círculos, aproveche la posición para agarrar ambos pechos y deleitarme con ellos.
La verdad es que la situación me estaba gustando mucho, se veía que sabia lo que quería y directamente lo tomaba. Tras los movimientos circulares de su culo en mi miembro se echo un poco hacía atrás para agarrármelo y llevarlo hacia su cueva de los placeres, pero cuando lo tocó se llevo una sorpresa, Sí, eso que mas tememos los hombres en el mundo, me estaba pasando, nunca pensé como supongo que todos, que me pudiera pasar eso a mí. Su mirada trasmitía preocupación. Empezó a acariciarla con la mano, pero era inútil seguía muerta, sin vida. No puedo explicaros, ni si quiera acercarme a que entendáis, lo que pasé en aquel momento, fue una frustración enorme y empecé a ponerme más nervioso. Yo seguía mudo mientras ella seguía intentado reanimarme, pero todos sus esfuerzos eran inútiles. Cuanto mas pensaba en ello, mas nervioso me ponía y más me frustraba, era un círculo de sensaciones, que se acumulaban y acumulaban y como fin solo conseguía que siguiera en estado de reposo. No entendía porque y la única explicación que me venia a la cabeza, deseaba pensar que era errónea. Ella se bajó de mi y se puso de nuevo a mi lado, la verdad es que se lo tomo bastante bien. Pero al final me hizo la pregunta mas obvia y mas temida en aquel momento.
- ¿que pasa que no te gusto? eso me jodió muchísimo, no solo era culpa mía si no que encima ella se creía que la culpa podía ser suya.
- Claro que me gustas, si no, no estaría contigo aquí. Se que siempre se dice esto…pero nunca me había pasado (era cierto nunca me había pasado) no lo entiendo
- ¿seguro? Me refiero a lo de que te gusto…a lo mejor ahora que me has visto desnuda te has decepcionado
- y por eso me lo he pasado tan bien ahí abajo ¿no?- La conteste intentado sacarle una sonrisita, aunque creerme, que por dentro estaba pasando uno de los peores momentos de mi vida.
Ni os imagináis lo mal que se pasa, no es solo por cuestión de hombría ni de ego masculino, es algo mas. Es una sensación que yo no estaba acostumbrado a experimentar, porque siempre presumo de carecer de ella. Tal vez fuera la primera vez en mi vida, que sintiera verdadera vergüenza. Vergüenza de mi mismo, de no estar a la altura, de fallar como hombre, como amante, me sentía como una mierda y para colmo me volvía a la cabeza una y otra vez, lo que a mí parecer podía originar eso, o mas bien no originarlo. Y la verdad esa idea me asustaba y me frustraba todavía más.
- sabes lo peor de esto, que ya no volverás a quedar conmigo.- le dije hablando lo mas sincero que sabía
- ¿como que no? ¿acaso te crees que solo me importa esto?
- Tal vez no, pero dudo que quieras volver a quedar con alguien que no sabe complacerte.
- Me has complacido y dos veces, esto le puede pasar a cualquiera y déjame que te diga que no solo tú lo pasas mal. Aunque digas que no es por mi, también me hace sentir mal, tampoco me había pasado esto nunca con nadie.
- Bueno al menos perdemos la “virginidad” juntos.
- Jijijiji si, eso es mirar el lado positivo de las cosas- al final no se lo estaba tomando tan mal.
Me preguntó si había tomado algo raro, o si estaba estresado últimamente. Viendo que se estaba preocupando de verdad le comenté lo que me temía y esperaba que no fuera cierto.
-No se tal vez sea que tu eras la primera con la que iba a estar desde que me dejo mi novia.
-Umm ¿Hace cuanto te dejo?
- Apenas tres meses.
- No me digas más, va a ser eso. Pues hijo hasta que no lo superes…
Dios como me jodía que no fuera yo el único que pensar eso. No le bastaba con haberme dejado tirado, si no que ahora encima me jodía con su recuerdo. Decir que sentía fuego de rabia en mis venas es quedarme corto, me sentía como un niño pequeño y no solo por tenerla ahora pequeña y arrugada, si no por la impotencia y nunca mejor dicho, que se apoderaba de mí. Quería que el suelo me tragara y desaparecer de la faz de la tierra, quería abrir los ojos y que todo fuera una pesadilla, pero no, era real y en esa cruda realidad estaba yo tumbado junto a una tía espectacular y sin poder hacer nada mas que acariciarla. Ya le había dicho que estaba seguro que no me volvería a llamar, pero le volví a abordar el tema desde otro Angulo, aunque a fin de cuentas venía a decir lo mismo y su respuesta fue la misma. Que si que volvería a verme.
No se exactamente como, pero ella se animó a intentar despertarla, yo le pedí de la manera mas indirecta que se me ocurrió y no, no recuerdo como, si no os revelaría el secreto. Le pedí que me practicara sexo oral para ver si con eso conseguía “despertarla”. Ella no quería alegando que en la primera vez no le gustaba hacer eso, ya que prefería dejarlo en suspense para segundos encuentros, pero como a labia no me gana nadie al final la convencí, se hizo un poco la remolona pero al final accedió, al principio me temí lo peor, pensando que no conseguiría nada, pero intente relajarme, me dije a mi mismo que ya mas bajo no se podía caer, así que a la mierda, si no se me ponía dura pues nada. Que le iba a hacer. Pero el caso es que laura sabía mover la lengua, y aquello por fin empezó a crecer, parecía como tímido, como un niño que empieza a dar sus primeros pasitos, tembloroso y sin confianza. Cuando gano volumen dejó de usar la boca y se concentró en las manos, se tumbó en la cama y con una sonrisa en la cara empezó a darme placer, la dije que se detuviera, pero me corto diciendo que ella estaba agotada por sus dos orgasmos, que en verdad prefería acabar así, que se había querido acostar conmigo para que yo no me quedara con las ganas, pero que viendo lo sucedido prefería recompensarme de esta manera. Así que no aminoró el paso de hecho lo aceleró, estuvo así algunos minutos, cada vez iba mas rápido, de vez en cuando con una mano me acariciaba y otras veces me lamía con su lengua por donde pillara. Mis pulsaciones se dispararon, mis músculos se tensaron, clara señal de que mi carrera de placer llegaba a la meta. Me estiré cuando alcancé el orgasmo y luego me relaje como si fiera un acordeón.
Estuvimos un rato más en el cuarto e incuso ya hacíamos bromas con lo sucedido, pero al final fui yo el que tenía razón, nunca me volvió a llamar, no la culpo, supongo que una tía de 28 tacos no esta para aguantar esas tonterías de niños.
Este es un claro ejemplo de que las tías solo nos dan una oportunidad para todo, una para ser original, una para conquistarlas, una para seducirlas, una para enamorarlas, tan solo una para complacerlas, una para todo, ya sabéis lo que opino….el amor no llama dos veces…..¿acaso el sexo si? En este caso no, pero claro, en este caso el sexo fue pésimo, o al menos el final, ya se verá como es el final, en otras situaciones……

Eres abiert@ en materia sexual