La atracción Capitulo 3

La tercera infidelidad vino mucho tiempo después, llevaríamos cerca de dos años y pico de relación, y fue con una ex compañera de colegio, Esther. Pero para poder contaros eso, primero he de hablaros de ella.

Esther fue conmigo a uno de tantos colegios en los que he “estudiado”, y digo tantos porque me han echado de cerca de cuatro o cinco, supongo que nunca he sido un estudiante modelo. Al principio solo teníamos una simple relación de compañeros, recalco que ya salía con Ziannia cuando entré en la clase de Esther. Nos pasábamos los apuntes, más bien ella a mí, nos ayudábamos en las láminas de dibujo y cosas por el estilo, no coincidíamos en todas las clases, pero en todas a las que íbamos juntos procurábamos sentarnos en pareja.
Ella es muy guapa, su mayor fuerte son sus ojos, tiene una mirada de esas que te derriten, de físico está muy bien proporcionada, no tiene casi pecho, pero lo compensa con un culo que parece esculpido a mano. Ella también salía con un chico, que además iba con nosotros a algunas asignaturas. Supongo que le atraían los chicos rebeldes, dado que su novio era el más malote de la clase y yo…bueno, he tenido etapas mejores en mi vida.
Un día como otro cualquiera la encontré en la cafetería en el recreo, y la oí decir a unas amigas que estaba hasta la polla de su novio, aprovechó que yo pasaba cerca para alzar un poco la voz y decir: Todos los tíos que son buenos esta pillados o son maricones. Lo de maricones lo dijo mirándome directamente a los ojos. Creo que ese comentario está originado en lo que pasó dos días atrás.

Dos días antes:

*Ella irrumpió en mi clase de música si no recuerdo mal, clase que yo tenía con su novio pero no con ella, y le comunicó a la profesora que el jefe de estudios me reclamaba en su despacho, eso era una mentira y todos los alumnos lo sabíamos, se usaba mucho esa excusa cuándo querías sacar a alguien de clase. Su novio me echó una mirada asesina y los compañeros empezaron a murmurar cosas. En cuanto salí la pregunté qué quería, solo me dijo: sígueme. Sin abrir la boca fuimos andando por todo el centro hasta el edificio adyacente, donde están situados los dormitorios, ya que ese colegio tiene internado para los chavales que son huérfanos, o para los que sus padres están destinados en otra provincia o país. Nos sentamos en unas escaleras, cerca del dormitorio de las chicas, concretamente del de su mejor amiga, el cual usaba ella a veces, a modo de picadero con su novio, según me había contado alguna vez. Ahí me expuso el motivo para el que me había raptado de mi aburrida clase de música.

-Tenía una sorpresa para Fer, pero el muy imbécil lleva varios días pasando de mí, y ya no puedo más.
-¿Qué sorpresa? Y ¿como que no puedes más?- le pregunté sin entender nada.
-Pues ¿te acuerdas que te conté que me quería hacer un piercing?-me preguntó, a lo que asentí con la cabeza a modo de afirmación.
-Ya lo tengo hecho, y me muero de ganas por enseñárselo, pero él ni puto caso,
No se si eran cosas mías, pero la notaba muy roja, como si de repente tuviera mucho calor, además ella es muy nerviosa como yo, pero extrañamente estaba muy quieta. La pregunté si se encontraba bien, y que dónde se había hecho el piercing

-Pues si, me encuentro bien, siempre y cuando no corra, o me mueva en exceso.- fue lo que dio por respuesta mirando al suelo.
-¿Cómo? No entiendo nada-fue mi respuesta
-Pues…que el piercing me lo he hecho…en digamos…una zona algo sensible.
-Amm.-.ya empecé a caer del burro
-¿Te lo has hecho en los pezones?
-No,-fue toda su respuesta y juraría que acababa de subir uno o dos grados la tonalidad de su cara, a un rojo aún más intenso
-Pues entonces ¿donde?-pregunté temiéndome la respuesta.
-Donde va a ser hijo…pues ahí.
Ahora era yo el que se estaba poniendo rojo, y mira que eso es difícil, puesto que hay pocas cosas que consigan hacerme sonrojar.
-¿No te lo habrás hecho en….?- no acabé la frase pero le señalé con la mirada su entrepierna
-Si hijo si…y estoy que me subo por las paredes, me dijeron que los primeros días era normal que me excitara el roce, hasta que te acostumbras a el, pero joder, no me acostumbro, es como ir encendida todo el día.
-Jajájajá, mira que eres, pues nada dile a Fer que te baje el calentón.
-Ya, ahí esta el problema, que no nos hablamos desde hace tres días, el muy idiota dice que paso mucho tiempo contigo, y que me gustas y tal.
-Hombre, pues haberle dicho que no pasa nada, que es normal que yo te guste, es lo que tiene ser tan irresistible.- Como veréis soy un poco presumido, pero solo un poco, ¡eh!

Ni siquiera me contestó, tan acostumbrada como estaba a mis comentarios prepotentes y presuntuosos, pero lo que sí hizo fue levantarse y mirarme fijamente a la cara.

-Pues nada si no quiere estar conmigo me buscaré a otro- Y acto seguido se me acercó lentamente.
-A ver, quieta- la dije mientras estiraba mis manos para alejarla de mí.- No quiero ningún problema con Fer.
-Asi que ¿es sólo por eso? ¿Le tienes miedo?- me preguntó a tono de burla. – O ¿es que acaso eres maricón?- preguntó acercándose más a mí. Pudiendo haberlo logrado de no ser porque imprimí mas fuerza a mis brazos.
Entonces un movimiento totalmente inesperado por mi parte, me agarró la mano y se llevó consigo un anillo de plata que tenía, era bastante grande, estilo sello, en él estaban grabadas las iniciales mías y de mi novia, ella sabía que era muy importante para mí.

-Si quieres que te lo devuelva tendrás que darme un beso- decía mientras se metía el sello en el sostén, antes de que yo tuviera tiempo de agarrarla. Se que puede parecer muy ñoña la situación, pero se me planteaba un verdadero problema, no podía meterle la mano en las tetas para recuperar mi anillo, tampoco podía liarme con ella por que quería ser fiel, y seamos sinceros, el Fer me podía matar si se enteraba y tampoco podía irme sin mi sello, porque a la tarde vería a Ziannia me preguntaría por él.
Empecé a pedirle que me lo devolviera, que no fuera niña, que se dejara de juegos, pero ella seguía en sus trece, no se si porque estaba mas caliente que el magma volcánico desde hacía dos días o porqué Pero no estaba dispuesta a dejarme escapar sin que me liara con ella.

No sabía que hacer, ya me veía comiéndole la boca, y luego con remordimientos cuando mirara a la cara a mi novia. Pero de repente tuve una inspiración divina, vi que había dejado el móvil en la escalera y lo cogí velozmente, y lo alce por encima de mi cabeza, dado que yo mido 1,85m le era imposible llegar a él. Sí nos estábamos comportando como dos críos, pero si te paras a pensarlo ¿no nos comportamos siempre así, cuando estamos ligando?, en plan, decirle a la otra persona que te gusta sin decirlo, que parece que tenemos miedo de que si le sueltas Me gustas, la gente empiece a gritar… A Jaime le gusta ella, A Jaime le gusta ella.

Ella empezó a dar saltitos intentado cogerlo ya que mide como la mayoría de las chicas 1,65 ó 1,70, por ahí. Viendo que no lo conseguía, dijo: Vale, hacemos un trato, nos devolvemos mutuamente las cosas, pero te quedas conmigo el resto de la hora en la habitación- y señalo la habitación de su amiga.

-OK.- fue mi respuesta mientras bajaba el móvil de las alturas.

Tras el intercambio le dije que no iría al cuarto, me protestó y me dijo que teníamos un trato, pero le recriminé que no contaba porque no estaba en sus casillas, que estaba en celo, que me lo pidiera cuando estuviera “acostumbrada” a su nuevo piercing y sobre todo cuando no saliera con Fer.
-¡A! pero tu si puedes salir con tu chica ¿no?- me pregunto con cara de enfado, a lo que yo simplemente la mire con la cara más picarona y de chulería que tengo y añadí: eso ya se verá.*

Así que supongo que por ese motivo me miró fijamente a la cara cuando dijo lo de maricones. Como yo estaba yendo al baño de la cafetería y ellas estaba paradas justo en la puerta, tuve que pasar al ladito suyo, momento que aprovechó para empujarme y meterme en el baño de chicas, cerró tras de sí la puerta y me dijo: tú no sales de aquí hasta que aclaremos algunas cosas. En ese momento salió una chica de uno de los baños y preguntó: ¿qué hace éste aquí? Esther la despachó rápido alegando que teníamos que hablar y que el de chicos huele muy mal, lo cual nadie podía negar.

-He dejado a Fer- Me soltó de golpe
-¿Y eso?, creí que solo era una discusión.
-Pues ya ves, creo que es un niño y estoy harta de cómo me trata, así que ya no tienes excusa.- me insinuó con la mirada que no iba a salir “vivo” de ese baño.
-Se te olvida que sigo teniendo novia- Sentencié como dando a entender que ahí acababa todo.
-Sí, pero yo no la veo aquí, ¿tu sí?

La muy capulla iba a por todas, y parecía que yo no tenía ni voz ni voto en aquel asunto, no se exactamente porqué se encaprichó en mí, no es que tenga un cuerpazo ni nada por el estilo, sí que tengo cosas a mi favor, mi labia, soy graciosillo y si me lo propongo, ligo, pero jamás atraigo a las chicas así por que sí. Eso me llevó a pensar que lo único que quería era utilizarme para joder a Fer. Y no es que me moleste ser un hombre objeto o que me usen, pero no quería tener problemas en el colegio y menos en mi último año, dado que ya no me podían echar de más centros. (Ya lo dije nunca fui un estudiante modelo)

No recuerdo exactamente como salí de ahí, pero conseguí huir sin hacer nada que me pudiera ocasionar tener remordimientos. Me dediqué el resto del día a evitarla, pero a última hora teníamos educación física, juntos. Parece que el día nunca llegaría a su fin, tenía muchas ganas de acabar la clase e irme a buscar a mi novia, obviamente no le iba a contar nada, pero quería estar con ella y así no pensar en lo sucedido.

Para colmo hoy tocaba prueba de resistencia, correríamos dos kilómetros, no sabía si Esther ya se había acostumbrado al piercing, pero pronto lo averiguaría.
Empezamos a correr y al cabo de 200 metros, cosa así, ella paró, alegando que le había dado un tirón pero viéndole la cara yo sabía perfectamente porqué era. Cuando di mi primera vuelta a la pista de atletismo me paré a su lado y la pregunte que tal estaba. Me miro como diciendo que estaba muy caliente. Tras mi risita incontrolable, la pregunté si aún nadie había estrenado el piercing. Y me soltó

-Lo he intentado con uno, pero creo que es marica
-Uff, tocado- respondí fingiendo que recibía el impacto de un cuchillo.-Tal vez ese
marica no sabe lo que se pierde

Sí lo se, parece que le estuviera siguiendo el juego, pero no puedo evitarlo, me encanta tontear y aunque no vaya a hacer nada, siempre puedo divertirme, ¿no?

En aquella ocasión no hice nada con Esther, pero se podría decir que dejamos una asignatura pendiente.
El momento que os quería contar, es el de la infidelidad.

Bueno, pues ya había acabado el colegio y me estaba abriendo paso en la difícil vida laboral. Llevaba varios años sin quedar con Esther y sin vernos, sólo manteníamos una relación por Internet que no salía mas allá del hola y el adiós. Ahora trabajaba en una inmobiliaria, tenía poco tiempo libre y casi siempre estaba cansado. Un lunes como otro cualquiera, me disponía a empezar mi rutina de llamadas a posibles clientes, cuando ví que tenía un correo electrónico de Esther, en el que me invitaba a comer en la Universidad Autónoma en la que ella estudiaba, me pareció un buen plan, como además mi horario es de jornada completa pero con tres horas para comer, tenía tiempo más que suficiente, de todas formas le comenté a mi jefe que después de comer, en lugar de venir a la oficina, iría a visitar a los dueños de un piso que tenía ahora mismo en cartera, ellos vivían bastante lejos, así que me aseguraba de tener un margen de tiempo muy amplio para estar con Esther, dado que si de verdad los visitara, no llegaría a la oficina antes de las 19:00.
Nos encontramos en la estación de RENFE, y fuimos directos a su facultad, estuvimos charlado animadamente de su carrera y riéndonos de los viejos tiempos. No sé exactamente quién de los dos hizo mención a ello, pero salió el tema de su piercing. Me confirmo que aún lo conservaba, y que ya no se ponía tan caliente como antes.

-Lástima, cuando te subía la temperatura así, eras toda una fiera.
Ella se puso colorada y esta vez sabía que era de vergüenza, supongo que el recordar como se había portado e insinuado conmigo la daba mucho pudor.
-Jajajaja, no te recordaba tan tímida.- La verdad estaba disfrutando haciéndola sufrir vergüenza, era como una venganza a plato muy frío. No sé exactamente porqué, pero aquella situación de tenerla avergonzada y arrepentida me estaba gustando excesivamente. Asique pensé en dar un paso más.

- Te acuerdas de lo que me pediste en las escaleras aquel día que me secuestraste de clase?- la pregunte con una sonrisa maliciosa en mi rostro
-Sí…lo siento ya sabes que me da mucha vergüenza acordarme de aquello.
-¿Sientes habérmelo pedido….o no habértelo conseguido?
Esa pregunta la pilló desprevenida, alzó su mirada en la que se veía claramente reflejada la duda.
-¿Ves? en cambio si las tornas hubieran sido al revés, yo si que hubiera conseguido mi objetivo
-Muy creído te lo tienes tu, ¿no?
-¿Creído? No, simplemente realista. Es mas, ahora mismo en diez segundos te voy a besar y no vas hacer nada por evitarlo
Me miro con una cara entre duda y vergüenza.

Tranquilamente y con paso firme, me acerque a ella, la mire fijamente a los ojos y empecé la cuenta atrás,
10- No te atreverás .9- A ver Jaime, ¿estas loco? .8. ¿Y si no te dejo?- Me pregunto intentando hacerse la dura,
- Me dejaras, si no ya me hubieras partido la cara o te abrías ido 7
- A ver Jaime que aquí me conocen, me pueden ver mis compañeras 6. Que yo tengo una reputación, que saben que tengo novio.- Cada vez hablaba más deprisa, pero yo seguía con la cuenta atrás irremediablemente.
-5, No se porque finges si en el fondo te mueres de ganas por que lo haga- La solté, con mi mayor mirada y tono de prepotencia
- ¿Si? Pues te vas a cagar, como se te ocurra acercarme tu boca te suelto una hostia, que se te caen hasta los empastes
-4.
- Nada, nada, tu cuenta
-3- Me acerque tanto a sus labios que casi podía saborearlos
Ella bajo la mirada y se le puso la cara a juego con su pintalabios rojo pasión
-Te noto muy nerviosa para estar tan decidida a partirme la cara.
-Te noto muy seguro de que no te la van a partir- me recrimino. A lo que simplemente añadí, 2.


Eso la enfureció un poco más, pero se veía que no controlaba la situación, creo que en el fondo pensaba que todo era un farol. Aunque me conoce y sabe de lo que soy capaz, no se espera que la bese delante te toda la universidad
-1. Bueno ya sabes lo que toca. La susurre,

Aclaremos una cosa…se que en este momento estaréis deseando que me parta la cara, bien, pues esto es lo que quería analizar, ¿porqué me merezco ese guantazo? ¿Que estoy haciendo de malo? A si…. claro, estoy poniéndole los cuernos a mi novia, bueno, se me olvido contároslo, antes de recibir el correo de Esther, había discutido con Ziannia, me mando a la mierda y me puso de niñato inmaduro. Así qué supongo, qué en estos momentos, estoy algo enfadado y Esther puede ser una clara salida a ese mal genio acumulado, no digo que sea una justificación, pero sí, que podría desnivelar la balanza de…amor.


La besé, siendo sincero, no esperaba ser correspondido, solo quería reírme un poco de su reacción. Pero sorpresa, me correspondió el beso, no fue nada del otro mundo, ella seguía con las manos sobre su regazo, sin mover un músculo, pero me seguía besando. Pare como a los diez segundos y la miré con cara de triunfo, lo que consiguió que se sonrojara aun más.

-¿Ahora viene e guantazo?- pregunte con tono de burla. A lo que solo respondió
-Como te odio.- Y volvió a besarme.
Esta vez si que me pillo con la guardia baja, menos mal que nuestras lenguas estaban teniendo un combate a muerte, sino, habría visto mi cara de total asombro, no me gustaría que descubriera que algo se salía de mis planes.

Ahora le ponía mas ganas al asunto, me agarro el cuello con la mano derecha, como no dejándome escapar. Abrió sus piernas y con la mano izquierda apoyada en mi cintura, me introdujo dentro de ellas, dado que estaba sentada en un banco pero con el culo apoyado en el respaldo y con las piernas colgado dado que estábamos en la parte de atrás de esté.

Cuando nuestras bocas alzaron la bandera blanca de tregua, y nos separamos unos segundos, aproveche para lanzarle otro comentario picante.

-Ésta si es la Esther que yo recuerdo- Viendo que no había reacción intente ir un poco mas aya.
-Por cierto, ¿que opinara de esto tu novio?- Ahí si que hubo reacción, con una rodilla me dio un golpe justo en la entrepierna, fue mas simbólico que otra cosa. Me partí de la risa mientras pedía perdón.

-Bueno, ¿ya estas contento?- Me pregunto cuando habían pasado unos minutos desde nuestro primer beso.
-Umm…aun no, ven.
La cogí de la mano e hice que me siguiera. No se por qué hacía eso, pero supongo que el morbo jugaba una gran papel. La lleve hasta la puerta de su clase, hay que reconocer que los últimos metros literalmente la iba arrastrando por el impecable suelo (gracias personal de limpieza, sin vosotros no hubiera podido) dado que viendo a donde la llevaba, se estaba oliendo lo peor.
-No, Jaime estate quieto, para, ni se te ocurra, esto si que no. Vamos como se te ocurra aquí si te parto la cara- decía de todo mientras intentaba que no la arrastrara, agarrandose a todo lo que encontraba por el camino, un banco, un papelera, incluso hasta a un chico que no conocía.
-No ves que lo que quiero, es ver si de verdad me vas a partir la cara- la dije con una sonrisa en la cara mientras alcanzaba mi objetivo, la puerta.


De repente se abrió la puerta y empezaron a salir alumnos, no muchos cinco ó seis, la mayoría se quedo dentro charlando. La apoye contra la pared y la empecé a besar, no tenía mas remedio que seguirme el beso para así tapar su cara con mi cuerpo, y que sus compañeras no la reconocieran. Dado que soy bastante más grande que ella, tapaba casi al completo su cuerpo, eso hacía que quien me mirara por la espalda, solo viera que me estaba besando con alguien, pero no podría saber con quien. Paró de besarme y sin soltarme en ningún momento, me susurro.

-Te voy a matar.
-¿Tan mal beso?- le pregunté haciéndome el tonto
-Pues ahora que lo dices, si.- sentenció como para herirme el ego y devolverme el golpe. Pero dos cosas que no sabía ella en ese momento, le podría haber hecho omitir aquel comentario. La primera que a mí es imposible bajarme el ego, puesto que lo tengo por las nubes y la segunda que siempre tengo respuesta para todo.
- ¿A si?- le susurre muy pero que muy bajito al oído. Como yo estaba girando la cabeza para llegar a su oído, ella no tenía más remedio que esconderse más en mi pecho, para que no la vieran y dejó de concentrarse en la mano con la que me estaba agarrando. Momento que aproveche para echarme de golpe hacía atrás mientras alzaba la voz y decía.

- ¿Otra vez? Me dijiste que hoy quedabas conmigo y no con tu novio.

Ella se quedó totalmente paralizada, roja como un tomate, con una cara que reunía mezcla de muchos sentimientos, ira, vergüenza, duda, sorpresa.
Todas las compañeras se la quedaron mirando, algunas tenían una sonrisita en la cara, otras la saludaron, pero ella solo me miraba a mí. No solo tenía que aguantar el bochorno que le acababa de provocar, si no también mi cara de total triunfo.
Tras esa aparición en escena, me presentó a sus compañeras, de hecho aún mantengo contacto con alguna de ellas. Pasamos el resto de la tarde juntos, hasta que me tuve que ir de nuevo a la oficina.

En el rato que estuve con Esther, no pensé en ningún momento en mi novia. Ni siquiera me planteé que estuviera cometiendo una infidelidad, simplemente me deje llevar por el morbo y por lo que quería hacer en aquel momento. Se que eso me puede convertir en un verdadero cabrón, pero, ¿soy único en mi especie? o, ¿todos podemos llegar a ser iguales?, no creo que sea al único al que le a pasado algo así y no se lo ha dicho a su pareja y no creo ser el ultimo al que le pase. Nunca se sabe como puede reaccionar alguien ante una situación morbosa y mas aun si hay algo de atracción sexual. ¿Nunca le has sido infiel a tu pareja? ¿Nunca has pensado? Puff si no tuviera pareja…pues que sepas que lo mismo tu pareja directamente no pensó eso y actuó. No quiero decir que todos seamos iguales ni por asomo, ni que todos los tíos son tan cerdos como yo he podido ser en esa situación, pero si hacer ver, lo fácil que es cometer una infidelidad y comportarnos tranquilamente como si nada hubiera pasado.

Al día siguiente quedé con mi novia, y en contra de lo que sale en las películas de Hollywood cuando eres infiel a tu pareja, no te comportas al día siguiente como un recién enamorado, arrepentido, volcándote en regalos y muestras de cariño y afecto hacía tu pareja. Si estabas enfadado sigues estándolo, si habías decido hacer una cosa la haces, vamos, que seguís con vuestras vidas tan naturales y eso es exactamente lo que hice yo. Con la diferencia de que me lo pase muy bien con Esther así que le propuse a mis compañeros de curro si querían salir de fiesta ese sábado con unas amigas. Tras la respuesta afirmativa, llame a Esther y le comente el plan, que ella se llevara dos amigas para mis compañeros y que saldríamos todos el fin de semana. Cuando le comenté la idea a Ziannia… el desembarco de Normandia a su lado fue un paseo por la playa. No hacía más que lanzarme ataques directos.
-¿Y ahora porque quieres quedar con ella?
-Y ¿porque no?, acaso ¿no quedas tu con tus amigos?, además ¿que hay de malo en que salga de fiesta con una ex compañera?
-Vale, vale, pues nada sal con ella.

Veis, otra cosa que no deberías hacer las tías, si no os mola una cosa…decirlo coño. No os lo guardéis, que parecéis usureras del rencor.


Yo creo que si me hubiera expuesto unos razonamientos con peso, de porqué no quería que fuera, lo mismo hubiese cancelado el plan, pero su único planteamiento aunque no lo dijera, es que, yo iba a serla infiel. Es decir, que no confiaba en mí. (Aunque ya lo hubiera sido, no tenía motivos para desconfiar de mí y aunque suene muy hipócrita me jodía que no confiara) Eso sumando a que seguíamos enfadados y con carencia “afectiva” en la cama, pues ayudaron a que saliera de fiesta. Se que no me creeréis si os digo que no iba con la intención de liarme con Esther, simplemente quería pasármelo bien, divertirme con mis compañeros, pillarnos una buena y no tener que preocuparme de cosas del estilo, ese tío se está arrimando mucho a mi piba, joder no puedo beber porque he sacado el coche, porque luego quiero acostarme con mi chica y hay que hacerlo en él. O no preocuparme de que un tío se pase de listo con tu novia y tengas que partirle la cara.
No os confundáis no es que yo sea un broncas ni un malotillo (ya pasé esa etapa en la pubertad) pero esos pensamientos nos rondan a todos los tíos cuando salimos con nuestras novias, a algunos más y a otros menos obviamente.
El caso, es que seguí adelante con los planes y nos fuimos a una discoteca de moda del centro de Madrid, no escatimamos en nada. Ya os dije que trabajábamos en inmobiliaria y aun siendo jóvenes nos iba muy bien, así que cogimos un reservado varias botellas de alcohol, que valen un pastizal en ciertas discotecas y a pasárnoslo en grande. Mis compañeros hicieron buenas migas con las amigas de Esther, en parte y aunque os duela escucharlo, porque eran unas busconas. Sí, de esas tías que las impresionas por lo que tienes no por lo que eres, que a mi me parece genial, cada uno busca en alguien lo que quiere yo no soy quien para criticar. Pero bueno, dado que mi compañero llevo el mercedes (de su padre, dato que hábilmente omitió) pues ya tenía a una de ellas comiendo de su mano y mi otro compañero decía que hoy invitaba él (con el dinero que habíamos puesto entre los tres a modo de bote, dato que también omitió) pues daba la sensación de que no tenía problemas económicos. Nos dejaron a nuestra bola a Esther y a mí. Y bueno como me estoy cansando de decir que no me vais a creer, dejemos algo claro, soy siempre sincero y siempre digo la verdad, bueno tal vez a mi novia le haya dicho solo la verdad a medias alguna vez. Pero con vosotros voy a ser totalmente franco, ¿de acuerdo?

Pues eso, que otra vez por culpa del maldito morbo, esta vez por estar delante de mis compañeros, que conocían a mi novia, y no porque yo fuera buscándolo, me lié de nuevo con ella. ¿En que habíamos quedado? Que os decía la verdad… ¿no? Así que borra esa cara de, si, si seguro, el morbo. Mis compañeros no dijeron nada aunque si me echaron una miradita, como llamándome travieso, y las amigas de Esther ni se inmutaron, supongo que ella si que sabía a que venía y sus amigas estaban al corriente.

Ahora hay dos cosas que destacaría en el siguiente “capitulo”con mi novia, la primera es que por muy bien que te lleves con los compañeros de trabajo de tu pareja o sus amistades…son SUS compañeros o SUS amigos, así que nunca esperes que ellos te cuenten que tu pareja te ha sido infiel y la segunda, que por mucho que confié en ti una persona, siempre queda la semilla de la duda cuando sales con tus compañeros o tus amigos a divertirte con unas chicas.

Ese fue el caso de Ziannia, que al lunes siguiente de salir de fiesta, vino a verme a la oficina. No estaba de mal humor ni tampoco rara, simplemente estaba como siempre. No la había visto desde el viernes, ya que el sábado también trabajaba, y el domingo estaba muy cansado de la fiesta de la noche anterior. Vino de sorpresa y me pregunto si comíamos juntos, me pareció una idea genial, y me fui a la parte de atrás a cambiarme de ropa (no me gusta ir de traje por ahí con mi novia y además soy un guarrete comiendo y paso de ensuciarme el traje) salí y nos fuimos a comer. No pasó nada raro, pero ya a la vuelta fueron mis compañeros los que me comentaron, que de forma muy discreta y nada directa, Ziannia les había intentado sonsacar cosas del sábado. De haberlo pensado mejor no lo habría intentado, se le olvidó que estaba hablando con dos tíos que se dedican a vender casas, vamos que son como tiburones en busca de algún pez desprevenido, son comerciales, gente sin alma y que saben como manipular, engatusar y llevar a tu terreno a la persona con quien hablan para ganar la “batalla”. Si lo sé, yo también soy uno de ellos, pero yo lo compenso con un gran sentido del humor, ¿no cuela? Bueno había que intentarlo

Así que supongo que todos y todas dudamos de nuestras pareja, a no ser que sean parejas liberales, aunque también corréis el riesgo de que tu pareja encuentre a alguien mejor que tu y deje de quererte, ya sabéis lo que dicen "el roce hace el cariño."

Eres abiert@ en materia sexual